El Gobierno quiere que el trabajo de los actores y actrices no se pueda usar para entrenar sistemas de inteligencia artificial (IA) sin su consentimiento. Así lo especifica el borrador del Estatuto del Artista, al que ha tenido acceso EL PAÍS, y que está siendo negociado por el Ministerio de Trabajo con los representantes del sector, así como con Cultura. El documento establece también que, en caso de autorizar el uso de su imagen por terceros, “el citado pacto dará derecho a la persona artista a percibir, por ello, una compensación económica expresa”.
Tal y como está redactado ahora mismo, el Artículo XX del citado borrador dice que, “salvo pacto en contrario, formalizado por escrito en el contrato de trabajo, no se deducirá de la naturaleza u objeto de este, ni formará parte de la actividad contratada, la utilización por la empresa o su cesión a terceros, de la propia imagen de la persona artista o de los resultados de su actividad artística con fines de entrenamiento de sistemas de inteligencia artificial, ni para su réplica, imitación o generación de contenido a través de dichos sistemas”.